La primera comida sòlida,que me dieron en el Sanatorio después de la operaciòn,fue un puré de zapallo,que tenìa gusto a neumático quemado por la fricción de las ruedas del coche en una dramática y violenta frenada sobre una pista de asfalto reblandecida por el calor del sol.Es probable que ese sabor del puré no lo hayan hecho deliberadamente para mortificarme;pero así lo sentía yo,sensible como estaba a la indiferencia y a las autenticas agresiones,mas allá de la del cirujano que me abrió la panza mientras yo estaba desarmado,y dormido o de la limpiadora que cuando yo lograba conciliar el sueño,llegando la madrugada,vencido por el cansancio y los calmantes,¡bang!,abría de golpe la puerta de la sala y rebotaba violentamente contra la pared.Sorpresa:no se trataba de un allanamiento,ni aparecía Batman o algun escuadrón de la muerte,sino la limpiadora ,con un escobillòn,un trapo y un balde lleno de agua sucia que se dedicaba a extender por todo el piso mientras mascullaba rezongos y repartía malos humores.
Desde luego había excepciones,por las noches aparecía una encantadora enfermera,casi mi única razón para vivir en esos momentos..Aquella santa mujer trataba a los pacientes como si fuesen seres animados,trataba de levantarnos el ánimo con chascarrillos,algo que los enfermos también necesitaban con desesperaciòn(asì como los sanos).
De regreso a casa prometì que intentaria cuidar de la mejor manera éste organismo, rogando tambièn,que éste me diera tregua, al menos por un tiempo.
Me acompaño con Drexler y su "Fractura de escafoides tarsiano derecho"
Mas relatos en lo de Gus:http://callejamoran.blogspot.com/
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ResponderEliminarQuerido amigo... veo que la anestesia hizo su afecto....
ResponderEliminarTodas esas visiones y ruidos eran efecto de la anestesia... no te preocupes que no pasa nada.
A mi me operaron y tuve de compañero de habitación toda la noche un orangután, y claro me dediqué a vigiar que no se bajara de su cama.
Pero por la mañana, se transformó en una ancianita encantadora...
Lo importante es regresar.
Genial.
Un besito
Yonky de mi corazón, no me hables de anestésias que la caté el lunes, cosas rara estar en aquel mundo atontada total, escuché a las que ejercían sobre mi cuerpo como de lejos, decías cosas de plazos y de comprarse faldas, y vi pantallas, echaban una peli de universos...se les acabó el anestésico antes de tiempo, presurosas aplicaron más.
ResponderEliminarRegresar de la habitación extraña para darnos cuenta lo que vale nuestro organismo, hay que cuidarlo pero a veces nos olvidamos un poco.
Gracias a la enfermera dicharachera, gracias a la vida que me ha dado tanto...
Acertado relato de un regreso a uno mismo después del éter, los calmantes. Bsitooo.
De esos lugares hay que volver siempre que se pueda... Volver contento a casa y desear, como tú, poner se fuerte para que no vuelva a ocurrir y, si ocurre, que sea dentro de mucho.
ResponderEliminarMuy bueno, gracias.
Besitos.
Amigo Yonky, se ve que ambos hemos pasado por el mismo hospital, yo hubiera dicho de mi estancia las mismas cosas que tú, aunque me temo que peor descrito.
ResponderEliminarEl puré lo has clavado
Ese es un buen regreso. Cuando me tocó a mi, me planteé la estancia en el hospital como si estuviera de vacaciones en un buen hotel. No fue una mala experiencia; pero a ser posible prefiero no volver. No me dieron puré, aunque había otras porquerías dignas de ser olvidadas
ResponderEliminarUn abrazo
Un regreso esperanzador el tuyo!,,,bien por vos!
ResponderEliminarun abrazo.
Buen regreso el que se hace dejando en el origen la impotencia, tanto si es con el cirujano como con la limpiadora, Siempre nos quedó Paris (supongo que ese sería el nombre de la enfermera)
ResponderEliminarLo más difícil, una vez pasado todo es la promesa de cuidados, el organismo puede, pero nosotros tenemos poca memoria.
Abrazos
jajajja...cuand0 te he leid0 me ac0rdaba de nataly...
ResponderEliminarbien, per0 ah0ra te dire que en cuant0 a tus escrit0s se refiere, me reiter0...cada vez c0m0 que ..n0 se , c0nsider0 que cada vez mas vas apareciend0 ante mi c0m0 un maestr0...n0 se c0m0 l0 estas c0nsiguiend0, per0 asi l0 sient0...
ahh, quisiera hacerte una pregunta, si n0 te m0lesta:
¡desde d0nde escribes, de que pais hispan0 eres?
se que l0 p0nias p0r ahi, per0 mi mem0ria es unde-sas-treee??
p0r fa, me resp0nderias a a:::::.
gustavo5620z@hotmail.es ??
graciassss
medi0 bes0 pa t0d00sss y pa tiii
Mucho mejor no haber sufrido nunca ningùn tipo de percance.
ResponderEliminarConformado me he visto en un lugar como es este hospital, a mi buena o mala estrella.
Yo tambien, por causa de este frìo... y tambièn porque he perdido peso por causa de mi falta de apetito, me preocupo de mi cuerpo.
En cuento a las mujeres, que han resultado conmigo compasivas, siempre siento muchisima libido.
Tésalo
Mi querido yonki, he leido tu relato sabiendo que ha sido considerado uno de los mas votados, si no el que mas, y no solo no me ha defraudado sino que comparto la opinion. Tus palabras han sido geniales para decsribir ese hecho y me he transportado contigo a es ehospital, lo que e smas importante.
ResponderEliminarUn beso y perdona el retraso en venir. Culpa del trabajo.
He disfrutado leyendo tu relato, describes a la perfección la impotencia de aquel que no tiene más remedio que someterse a la implacable maquinaria hospitalaria. A veces aparece un atisbo de humanidad como el de esa sufrida enfermera, que hace un poco más pasable, pero muy poco, la obligada estancia en un hospital.
ResponderEliminarUn abrazo.