miércoles, 18 de enero de 2012

ESTE JUEVES UN RELATO:"UN RELATO DESDE EL CORAZON"


Por circunstancias de la vida,en mi infancia,tuve que vivir los bemoles del velatorio de un amigo allegado a la familia.La escena vivida ha quedado escondida en recónditos lugares de mi memoria.Hoy la saco a luz a ritmo de cuento.




Un día que por cierto no estaba en sus planes,don Anselmo falleció.Su rostro, un tanto amarillo ya,parecía demostrar la confirmación del absoluto hartazgo de su mujer,de su suegra,de sus cuñadas y de los esposos de estas,una actitud que nunca se había preocupado por disimular.
Tal vez fue una de sus cuñadas,la que en forma involuntaria,presipitò los hechos que sobrevinieron.
-No podemos dejarlo ir con las manos vacias.Vamos a ponerle en el cajón sus elementos de pesca.
-Es muy cierto- hipó la reciente viuda de Anselmo-.Menos mal que te acordaste.Y también las herramientas de jardinería.
-Voy al galpón a buscar la caña,la latita de la carnada,la palita,la azada y la tijera de podar.
-¿Y porque no ponemos también su cajón de zapatero?-argumento la mayor de las cuñadas mencionando otra de las habilidades de don Anselmo.
Con un despliegue de esfuerzos que a cualquier extraño le hubieran parecido solícitos,las dos cuñadas de don Anselmo trajeron con rapidez los objetos mencionados y los distribuyeron dentro del féretro.
-¡Los lentes!¡No se olviden de traerle los lentes!.
-¿Y la dentadura?
-La tiene puesta.
Se escuchó claramente un anónimo suspiro de alivio.
Todavía quedaban algunos huecos donde depositar cosas del agrado del difunto.Uno fue llenado con la jaula del fallecido canario flauta Perico.Otro con una vitrola con la cuerda rota.El rincón mas pequeño,con su pipa preferida,la boina que rara vez se sacaba,el mazo de cartas con el que hacia solitarios y su yesquero,el de la mecha color naranja.
Enterados de estas atenciones póstumas,los compañeros de la institución bochòfila,de la cual don Anselmo era presidente honorario,pudieron poner una lisa una rayada y un bochin,todos firmados por la Comisión Directiva.
Varias veces los empleados de la funeraria procuraron acomodar las cosas de modo que todos los objetos que en vida de don Anselmo le habían sido tan queridos,pudieran caber.Hubo un momento dramático en el que los funcionarios tuvieron que desistir y volver a comenzar porque un brazo del finado quedaba para afuera,como haciendo señas para doblar.
Quienes cargaron el cajón por un trecho,nunca se explicaron ciertos ruidos como de rodamiento que tenían lugar dentro del féretro.Eran la rayada y la lisa,que por costumbre nomàs,procuraban arrimarse al bochìn.



Don Anselmo tenia el apodo de "Orejano",por algo serìa

Ameniza en esta oportunidad Maria Jose http://blogdemjmoreno.blogspot.com/