miércoles, 12 de agosto de 2009

LA VIBRACION DE LOS CUENCOS





Anécdota:Lue-go de dejar a nuestros niños en un cumpleaños,a pocos kilómetros de la capital, veníamos de regreso con mi compañera en pleno mediodía por la pintoresca rambla Montevideana un día de invierno soleado y agradable,indecisos por no saber donde hacer la parada para el almuerzo,que mariscos,que aquel bar,que el otro,en cualquier caso evaluando costos y ubicación, pero en definitiva sin ponernos de acuerdo, así, detenidos en un semáforo, pudimos al unísono coincidir al fin,el cartel decía chiviteria Marcos, levantamos este exquisito manjar típicamente uruguayo y nos dispusimos a degustarlo cómodamente en nuestro habitáculo de 4 ruedas en una ubicación estratégica frente al mar.En un momento dado se detuvo cerca un auto con 4 o 5 personas desde donde bajaron del baúl una serie de cosas inidentificables en ese momento.Acto seguido subieron con ellos a un montículo desde donde se dispusieron por lo visto a armar lo que fue una mesa con mantel y velas,algo parecido a un plato de metal suspendido en el aire y una especie de palanganas blancas que mas tarde nos enteraríamos eran cuencos.
Nosotros observábamos a la distancia toda esta escenografía, hasta que decidimos acercarnos como otros a ella y desvestir nuestra curiosidad.
Nos invitaron a sentarnos en ronda y tomar otros adminículos que podíamos obtener de una mantel en el piso para voluntariamente poder acompañar, escuchamos una breve disertación fundamentando el encuentro,nada mas simple que disfrutar la vida de esa manera.
Comenzaron pues los sonidos mientras cada uno encontraba su propia
postura,unos en posición de escuchas,otros de meditación y los pocos de curiosidad. Transcurrió aquel espectáculo desde donde la vibración en los cuencos fluía un sonido tan peculiar así como sensitivo contagiándonos de un estado de ánimo de total placidez y comulgacion,nosotros seres anónimos culminamos todos en ronda de la mano sin preguntarnos porque,ni como,pero intimamente agradeciéndole a la vida,algo mas, que ese momento.
De regreso,nos miramos llenos de gozo con mi compañera y entre risas nos planteamos que hubiera sido de nosotros en la opción mariscos,en el refinado restaurant aquel,usando la tarjeta x .Cosas del azar.

4 comentarios:

  1. Uh! La semana pasada fui a un recital de cuencos tibetanos! Es una maravilla!! Lo relajada que salí de ahí, la energía que se generó en una sala repleta de gente es inexplicable y yo que pensaba que plomo, me voy a aburrir, es más, es como que pude abstraerme de todo y pensar más claro, es muy loco... Acá en un parque se juntaban, no se si lo hacen todavía, a hacer danzas circulares, supongo que debe ser similar a lo que vivieron ustedes y esta bueno eso de compartir moementos así con gente que uno no conoce, pero conecta igual para pasar unos instantes de vida...
    Que al restaurant con la tarjeta x vayan los giles jaja
    Besos!!!

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  2. Pero qué linda experiencia!!!...estar abiertos para disfrutar nuevas sensaciones es síntoma de crecimiento, según creo y trato de adoptar en mi vida. a veces se dan oportunidades como la que contás y sin duda no vas a olvidar fácilmente.
    Me quedo disfrutando esa foto de la tarde y la gente tomada de la mano!

    Un abrazo.

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  3. Qué buena experiencia!Cuándo y donde se repite? El lugar: el mejor. La intención: insuperable.
    La próxima pasame el dato, me gustaría vivir esa experiencia.
    El chivito de Marcos, riquísimo me imagino.
    Viste lo de los Boliches de Agosto...? está bueno, hay que aprovechar estas oportunidades que Montevideo nos brinda.
    Besotes, nos vemos en cualquiera de estos sitios un día de estos.

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  4. No sé si fue el azar...
    Linda vivencia. Hermosa.
    Y usted no imagina mi estimado Yonky como extraño esos aires montevideanos, la magia de mi querida y curiosa ciudad.
    Le dejo un abrazo y le digo que por aquí ando leyéndole.

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