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Le había advertido que podría no funcionar.De todas maneras conseguimos pactar un compromiso.Intente,honestamente adaptarme al lugar y a las circunstancias.Lucrecia me había hecho comprender,en largas conversaciones,que mis peripecias anteriores me habían dañado el sistema nervioso,que no tenia sentido continuar con esa busqueda,que debia controlar la ansiedad,tratar de ver con otros ojos lo que me rodeaba.En la casita de campo,situada en un lugar apacible,podria recuperarme,tranquilizar mis nervios,buscar una solución verdadera.Me dedique a una huerta que había en el fondo,y aunque no creo que mi trabajo haya sido muy útil,me sentí mejor durante un tiempo.También mi relación sexual con Lucrecia,sin alcanzar niveles excepcionales,me ayudaba a la pacificación interior.
Luego de un tiempo,lentamente como otras veces fui sufriendo un proceso,en el que note la agudización de mis males,eso hizo que aunque borrosa la idea de irme se iba apoderando lentamente de mi ser de tal manera que me fue transformando.Notè que también Lucrecia se transformaba.Pero ella parecía no tener conflictos,en cierta forma se transformaba en dirección opuesta a la mia.En principio mi transformación fue apenas la agudización de la indiferencia hacia Lucrecia,luego comencé a odiarla,y tuvimos discusiones,cada vez mas fuertes.Un día definitivamente resolví irme.Fue la discusión mas seria,Lucrecia lloraba y llegò a insultarme.Yo sentí ganas de estrangularla,pero de pronto me invadió una gran serenidad.La resolución de irme.Esto era lo único que me había serenado siempre.Le explique una vez mas que no había nada que hacer.Vino,entonces,el reproche lloroso de que no podía abandonarla así.-No te abandono-respondi,con calma-.Sigo mi camino.-Recuerda nuestro compromiso inicial-Nos acompañaríamos mientras los dos estuviéramos de acuerdo.Los argumentos no la convencian,y seguía llorando.-¿No comprendes que me estoy asfixiando aquí?-le dije,pero esto no le interesaba.Sòlo pensaba en su propia situación.Entonces junté mis escasas pertenencias,cosas que me cabían en los bolsillos,besè a Lucrecia,y eché a andar por el camino.Atardecìa Me miraba desde la puerta,llorando siempre.A mi,el renovado miedo a la soledad y la incertidumbre me volvían a apretar el pecho y la garganta.Por un instante,al darme vuelta y mirarla,las piernas se me aflojaron,me cargue de culpa y de dolor.”No se debe mirar hacia atrás”.
Caminè,caminè,hasta llegar al poblado mas cercano y me di un tiempo para descansar junto a un árbol y reflexionar.Tengo 65 años,èsta es mi decima experiencia infructuosa.Ya estoy cansado,no se si algún día conoceré ese amor del cual todos hablan o todo serà parte de esta incomprensible forma de convivir con la fuga.
Y el deseo, siempre rondando.
"El cruzar la encrucijada exige concentracion"
A este tipo de persona por lo que leo es mejor no tener relaciones de pareja, de novios eternos, porque por lo que se ve no le funcionan mucho, el desgastes que los años juntos marca estos desenlace, hay que amar mucho para perdonarse tantos gritos y situaciones limites que hay siempre en una union, claro que todo tiene un limite y resistencia personal.
ResponderEliminarMe gusto mucho el relato de este jueves.
Primavera
Hay quienes se pasan la vida buscando, probando...
ResponderEliminarLa felicidad no crece como la mala hierba.
Un beso
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ResponderEliminarNo hay que desesperar...ni a los 65, pero son muchas equivocaciones. La última es la puntilla,
ResponderEliminarla que te hace sentir culpable, la que domina y empuja, la que anula.
Cansado, acierta y no me extraña, un poco de amor a sí mismo y a esperar o a andar solo el camino, mejor que equivocadamente acompañado.
Yonky, qué complicado acertar sin equivocarse un poco. Besitos ciertos.
Buen aún le queda tiempo de tener muchas más experiencias...jajaja, y de paso la felicidad.
ResponderEliminarBueno, muy bueno
besos
Estoy segura que dejé un comentario y que era el número 1. Seguramente ese no fue mi acierto...
ResponderEliminarMe quedo pensando en la frase "conoceré el amor", en fin, una romántica te diría: no hay que conocerlo, hay que sentirlo. Bueno, una romántica...no yo.
Buen escrito, ahijado, buen escrito.
Besotes.
Amargo y desesperado cuento, ni siquiera la undécima experiencia es garantía de nada.
ResponderEliminarY los años pasan y la Vida pasa.
"Ser o no Ser" marcharse libre o quedarse atado.
Sabes lo que te digo...? que cada uno aguante su vela, que 65 no deben dar para mucho.
Abrazos
sigues siendo tu al escribir, yonky...
ResponderEliminarmas hay un algo en ...en..sí, en la eleccion de la manera de presntar la histria que ...
bien, ello no es ni mucho menos obice para que te diga que me encanto...
me gustan los relatos con ese toque inesperado al final...y la verdad, has sabido darlo...
es como si todo el conjunto adquiriese lla cualidad de moraeja una vez leido el final...
sí, sí señor, me gusta...
medio beso, yonky.
y sí...el amor no se conoce, se siente, hasta que te cala los huesos! buenismo el relato de hoy! saludos!
ResponderEliminarBuscar el amor...aun hay tiempo, mucho tiempo pero forzarse a amar obbligarse a sentir...no no creo que eso funcione y así se queda Lucrecia, con un palmo de narices. El amor llega se instala en tu corazón y te cala hasta los huesos, es él quien te busca es el que un día se cruza en tu camino y te hace su presa, te devora, te arranca lagrimas y risas, duele y proporciona un placer inmenso, entonces cuando lo sientes, sabes qué es eso, amor...no existe nada parecido.Un beso grande
ResponderEliminarJuro que te había leído, que te había comentado, que te dejé algo como queme gustaba tu relato (así es) y, vengo a ver si me has contestado algo y...¿dónde está?
ResponderEliminarPes repito:
que me ha gustado, que me gusta cada vez más lo que dejas (coincidencia? trabajo tuyo? cambios en tu vida?) y que buscar, debemos buscar dentro nuestro. Que conste que yo estoy en ello; que no voy de aleccionadora y que si tu relato me ha llegado tanto es porque me he pasado la vida buscando a mi media naranja.