El adminículo me expide un numero,este me indica la pasmosa confirmacion de una espera prolongada.
Mientras èl subsiona y escupe a travès de las ventanillas,en realidad subsiona mas de lo que escupe,nosotros protozoarios deambulamos en cardúmenes esperando nuestro turno.
Me entra esa sensacion de afixia,la espera se hace eterna,el nerviosismo se instala,miro el reloj una dos tres veces,todo comienza a jugar en contra de lo que tenia planeado hacer.
Decido,tiro el numero,otro lo recoge,llamo la atencion,pulpo, protozuarios y demas relojean mis movimientos,extrañados.
Salgo,me desprendo definitivamente de sus tentaculos,me desplazo agitado hacia el destino convenido,miro nuevamente el reloj,sigo,apresuro la marcha,llego al fin
18 horas bajada de sol en la bahía,y pienso, que apasionante contraste,valiò la pena.
jejeje...muy bueno!...qué buena figura comparativa de los bancos y los pulpos!!..iguales en sus tentáculos!
ResponderEliminarUn abrazo!
Muy buena decisión!! El pulpo puede esperar, una puesta de sol no se repite, son únicas...
ResponderEliminarUn beso libertario!!
arrumacos varios para estas vecinas que me vienen acompañando en este intrincado camino de no dejarnos llevar por lo insustancial.
ResponderEliminarHaces bien, nada como una puesta de sol y si encima es tras haber dejado colgado a un banco... para que contar.
ResponderEliminarGracias a ti, por tus palabras.
Un beso desde esta orilla