Era un dia soleado.Un día nítidamente translucido si se me permite.Me estaba deleitando con la visual que me entregaban mis binoculares de los barcos mercantes circulando por esa línea extensa del horizonte.De hecho tal vez mas,mi imaginación estaba gatillando historias de sus ocupantes mientras la pluma pedía transito en una hoja en blanco.
De pronto el coche,ese inocente vehículo manejado por alguien que comienza lentamente a subir la acera en forma inadecuada interponiéndose en mi campo visual(en verdad,que halla obstaculizado mi observación no me molestó tanto como el cambio de animo generado).
Al final,mi autocontrol ganò la pulseada,no obstante el aprovechar las pulsaciones enviadas a mi mano derecha fue de un momento para otro,por lo tanto dejo constancia de algunas hipótesis ocurridas intentando sortear tal situación.
A)Advertir cortèsmente a la pareja(cosa comprobada a posteriori)la infracciòn en la que habìan incurrido(a decir verdad el comienzo de sus arrumacos me paralizaron de inmediato)
B) Avisarle al guardia,próximo unos pocos metros en su casilla(observé que estaba preparando el mate,interrumpir este ritual por estos lares hubiera sido una verdadera descortesía sin contar lo alcahuete en que se hubiera convertido mi persona).
C)Asaltar sorpresivamente el vehículo y hundir mi navaja en sus respectivas yugulares.
(bueno,debo confesar que lo rechacé solo porque hubiera sido políticamente incorrecto y socialmente inaceptable).
D)Husmear.Si, husmear fuè la elegida.Pero husmear sin remordimientos.Husmear cada detalle que mis binoculares ofrecían,cada deslizamiento de mano debajo de la blusa,cada mordisco detrás de una oreja,esperando que el fino hilo del pudor cediera de una vez por todas.
Y cedió.
Cuando les vi sus caras transfiguradas entre el asombro,sorpresa y vergüenza me llegó la tranquilidad.
Jorge Drexler a ritmo de tango corre cosas(en este caso una tristeza).
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