SOLO UN JUEGO
Ya había caminado bastante,el calor sofocante menguaba mi estado vital,fui en búsqueda de una sombra,allí me deje caer,recostado en el tronco,la nuca apoyada en el musgo blando,el tallo de una gramilla entre los dientes,observando al chuiquillo aquel corriendo entre los pastizales y el deseo súbito de ser como él,de limpiarme las narices con la manga derecha,de chapotear en los charcos y navegar barquitos de papel después de la lluvia,de coger flores y disfrutar con ellas y olvidarlas,de huir de los perros llorando y gritando,de remontar cometas hechas con papel de diario,de calzar el traje ceñido de torero y esquivar las cornadas de una escoba,de correr tras las chiquillas y alzarles la falda,porque a ellas no les gusta,o les gusta y hacen como si no le gustara,de...
Repentinamente el niño desapareció y mi realidad se viò restituida.
Otros compas en lo de Gus:
http://callejamoran.blogspot.com/Este señor cantor lo dice a su manera
Cornadas de una escoba, traje ceñido, Yonky, mirando atrás tendido en el pasto, dulcemente, atraes mis recuerdos con elegancia, con añoranza, de pasada el tema. Dice el abuelo...chiquillada, pantalón cortito...el abuelo sabe muuuchas cosas, está vivo.
ResponderEliminarGracias por tu delicado relato, añado una cometa y un renacuajo que un día miré en la charca.
Yo de chiquilla siempre jugaba a los médicos y enfermeras, crees que los juegos nos marcan, a mi por ejemplo mi forma de ser traviesa?, jajajaj, has esquivado la controversia con ternura, con lo que tú eres, miles de besossssssss.
ResponderEliminarTardes eternas de verano cuando no me dejaban salir a jugar por el sol y calor que no sentía, horas y horas en la playa que siempre me parecían pocas, apetito insaciable de aires y juegos... Se acabó, por más que rememore, soy yo y aquí estoy. Poco dura el traslado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre al cabo hubo una urgencia distraedora. Pero igual que mi realidad se me restituye, he vuelto al cabo a mis ensonacioness. Por que te crees si no, que yo he escrito estos relatos, tantas veces!
ResponderEliminarTesalo
Me encanta como has dibujado la escena, con trazos de infancia, con ternura irreparable...
ResponderEliminarQue realidad mas inoportuna.
Un beso
Para muchos no son más que chiquilladas
ResponderEliminarun abrazo de camino a Villa Pancha
Lo de los chiquillos, todo es leve e inconsecuente, por eso nos gusta mirarnos en ellos, más todavía, disfrazados de torero.
ResponderEliminarY así, jugando, jugando, desaparece el Niño.
Abrazos
el niño...al niño quiero yo volverrrrr...
ResponderEliminarnunca jugue a torosss, yonky...sí vi jugar en la tv cuando algun reportaje salia...mas mi tierra es cualquier cosa menos torera...bueno, en su tiempo lo fue, como casi toda españa....pero ahora, ahora, no nos queda ni e sabor agridulce de lo torero...dulce por la magia, agrio por la sangre...
saludos, yonky.